miércoles, 21 de diciembre de 2011

• La foto de la derecha es histórica: se trata de Dilma Rousseff, en la sede del auditorio militar de Río de Janeiro, juzgada y sentenciada por un tribunal de la dictadura brasileña (1964-1985). Al fondo, los oficiales que la interrogaron sobre su participación en la lucha armada escondieron sus rostros con las manos para que no fueran identificados, mientras ella, desafiante, llena de coraje, los miraba con el rostro erguido. Dilma Rousseff, la actual presidente del Brasil, en esa época, noviembre de 1970, tenía 22 años, y estuvo casi tres años presa.
La imagen en blanco y negro, reproducida por primera vez en la biografía de Rousseff, Lo que la vida quiere es coraje escrita por el periodista Ricardo Amaral, motivo las siguientes consideraciones del reconocido sociólogo, cuentista, maestro en filosofía política y doctor en ciencia política Emir Sader:

LA CARA DE LA DIGNIDAD

¡Qué bueno que una foto como esa refleja un momento como ese; con esa cara de dignidad, enfrentando a sus verdugos, que esconden sus rostros!

¡Qué bueno que esa foto refleja la cara de una militante después de sufrir durante 22 días y noches las torturas más crueles: paú de aracá, choques eléctricos, ahogamientos y otras violencias físicas, las cuales no quebraron el coraje de un ser humano que se decidió a luchar contra las injusticias!

¡Qué bueno que las nuevas generaciones puedan ver esto: quién estaba de cada lado, quién daba la cara y quién escondía la cara!

¡Qué bueno que una foto como esta salga al público cuando la comisión de la verdad está lista para comenzar a funcionar y algunos todavía pretenden vender la idea de que eran dos grupos armados enfrentados como si no hubiesen quienes estaban del lado de la dictadura y quienes estaban del lado de la democracia!

¡Qué bueno que pudiéramos tener generales como aquellos que lucharon con dignidad, sin medir los sacrificios, para que pudiésemos derrotar la dictadura!

¡Qué bueno que se pueda romper la censura de la vieja prensa y publicar fotos como esa y otras de aquella época, de tan triste memoria para el país, y que los que estuvieron implicados en ella quieran hacernos olvidar!

¡Qué bueno que existieron personas que enfrentaron y siguen enfrentando las injusticias con ese coraje y esa dignidad!

¡Qué bueno que tengamos una mujer así como presidente de la República!





Dilma Rousseff, de 63 años, exguerillera, economista y primera mujer en alcanzar la presidencia de Brasil, tras suceder a Lula da Silva (2003-2010), ambos del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda). Hoy ella alcanza más de un 70 por ciento de popularidad entre los brasileños.






















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